La juventud fue la principal aliada de Antonio Martínez Torres cuando hace ahora 35 años decidió subirse al tren empresarial ideando primero, y haciendo realidad más tarde, su propia empresa. La dosis de ilusión pudo con la ración de incertidumbre que a menudo acompaña todos los comienzos. Ganó la batalla a esas dudas con la fuerza que transmite mirar al horizonte y en el año 1984 veía nacer A.M.Torres Sociedad Limitada con dos premisas: ofrecer siempre servicios de calidad y ‘mimar’ a los trabajadores como parte vital del entramado empresarial.
Así relata Antonio Martínez Torres sus inicios: “Yo trabajaba como administrativo en una empresa y la inquietud de la juventud me llevó a plantearme poner en marcha la mía propia. Empecé en el barrio de La Viña de Lorca y con solo dos empleados, un trabajador y yo. Los principios fueron muy difíciles pero, poco a poco, fuimos haciéndonos un hueco en el sector hasta hoy”.
Mantenimiento y reparación de vehículos industriales
Aunque A.M. Torres inició su actividad empresarial centrada en los recambios para turismos, los buenos resultados propiciaron la ampliación de los servicios. En la actualidad es una de las más importantes empresas locales especializada en mantenimiento y reparación de vehículos industriales, maquinaria industrial, automóvil, grasas, aceites, filtros, correas, rodamientos, latiguillos, máquinas, herramientas y demás suministros necesarios para la conservación óptima de todo tipo de vehículos.
De los dos empleados iniciales, incluyendo al propio fundador, la plantilla ha pasado a contar con una treintena de trabajadores que, como señala Antonio Martínez “son el activo más importante de la empresa”. Dos postulados figuran en lo más alto de la lista de valores de A.M.Torres: la constancia en el trabajo, y el cuidado y respeto a los trabajadores. “La constancia es la madre de todas las virtudes y es lo que más apreciamos de nuestros empleados, a los que nos gusta ofrecerles flexibilidad para que trabajen de la forma más cómoda posible. Somos una empresa que deja trabajar a su gente. Tenemos una filosofía muy protrabajador. Nos gusta que sientan a la empresa como suya, que se impliquen. Tanto es así que contamos con trabajadores que llevan con nosotros más de quince años, y de nuestros inicios aún contamos con cinco o seis personas. El equipo humano es fundamental, sin ellos, difícilmente podríamos estar donde estamos”, añade Martínez Torres.
A. M. Torres Sociedad Limitada cuenta con una sede central en el polígono industrial de Saprelorca con 1.500 metros cuadrados de superficie, y otros dos centros logísticos en Águilas y Totana con 300 y 700 metros cuadrados respectivamente. Su flota de vehículos está compuesta por 19 furgonetas de reparto. Su volumen comercial ha llegado a estar en seis millones de euros y su posicionamiento en el mercado comarcal es medio-alto. Distribuyen directamente al consumidor y a talleres especializados. Su cartera de clientes se localiza en toda la Región de Murcia y en las provincias próximas como Almería y Granada.
Aquel sueño de juventud es hoy un proyecto más que consolidado que incluso ha sido reconocido con uno de los premios empresariales más importantes, los galardones que concede la Confederación Comarcal de Empresarios (CECLOR).
Tres décadas y un lustro después, Antonio Martínez Torres vuelve la cabeza para atrás solo para rememorar los obstáculos de los comienzos y tomar impulso para seguir mirando hacia adelante con la certeza de que merece la pena el esfuerzo, el trabajo. “No hay mayor recompensa que ver que las cosas funcionan y que los trabajadores están felices aquí, con el trabajo que desempeñan. Que las cosas vayan bien, es la mayor satisfacción que como empresario puedo tener”.
REDACCIÓN: Tere Martínez
FOTOS: Pedro Teruel
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